El 28 de mayo es el “Día Internacional de la salud menstrual”, una fecha para poner sobre la mesa la necesidad de terminar con el estigma que pesa sobre las personas menstruantes. 

La salud menstrual es un tema que siempre, erróneamente, ha estado ‘reservado’ para el ámbito privado, un tema que en público ‘da pudor’. Esto contribuye con la desinformación y la vergüenza que deben transitar las personas menstruantes. Lo cierto es que en Argentina hay más de 12 millones de personas que menstrúan, y relegar el tema al ámbito privado únicamente aumenta la brecha de género, social y económica.

Hablar de salud menstrual no limita a lo que le pasa a cada persona individualmente. Por el contrario, hace referencia a la relación que existe entre la menstruación con distintos factores como economía, salud, igualdad de género, educación, y derechos.

Posándonos en el factor económico, según estimaciones de Ecofeminita, el gasto anual promedio de una persona menstruante en productos de higiene es de $4.890 si se eligen toallitas higiénicas o $5.311 en caso de optar por tampones. Quienes no pueden afrontar ese gasto se ausentan de sus trabajos o lugares de estudio y, en muchos casos, adoptan otros métodos de gestión inseguros. 

La educación es la base para terminar con la estigmatización

Los mitos y la desinformación que rodean a la menstruación refuerzan el estigma sobre las personas menstruantes, que implica un obstáculo para su desarrollo personal y social. Urge que se implementen políticas públicas que garanticen el acceso a los elementos de gestión menstrual. Además, se debe garantizar el acceso al agua potable para mantener la higiene y brindar información sobre el uso correcto de los distintos elementos. 

Si bien cada vez se habla más del tema, las desigualdades culturales, el desconocimiento y la falta de información hacen que se genere una resistencia que dificulta el tratamiento de la problemática y la implementación de políticas públicas. 

El primer paso para cambiar esta realidad es tener información científica de calidad que visibilice la problemática y permita el abordaje de la menstruación con seriedad. Es fundamental dictar contenidos sobre menstruación en el marco de la ESI, que contribuyan a derribar estereotipos para que no siga siendo un factor de desigualdad. 

Otro preconcepto que estigmatiza es la asociación de la menstruación con lo femenino. Hablar de varones trans y menstruación es fundamental para iniciar el cambio y naturalizar que las personas menstruantes son diversas. Para ello, se deben desarrollar políticas que garanticen sus derechos, atención médica empática y el acceso a elementos de gestión menstrual que se adapten a sus necesidades.

Desligar a la menstruación de lo privado es el punto de partida para poder dimensionar la problemática y darle respuesta desde la acción política. Pero no basta. Es urgente implementar políticas públicas que garanticen el acceso a los elementos de gestión menstrual, invertir en infraestructura sanitaria, desarrollar campañas de información y dictar educación menstrual. De esta manera se puede abordar a la menstruación en sus distintas dimensiones, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas. 

AHF Argentina se una a la voz de millones de personas menstruantes para poner fin al tabú: #NoMásEstigma. Podés seguir la campaña en nuestras redes @AHFArgentina. También podés escribirnos a [email protected]

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