En los últimos años las campañas de diagnóstico y prevención han caído considerablemente. En un año electoral que ya terminó, ningún candidato propuso una idea superadora para reducir la pandemia. ¿Fue un descuido? ¿Nos relajamos? ¿Qué pasó que no se pudo revertir la tendencia? El objetivo es que deje de serlo en el 2030 pero, ¿llegaremos a este ritmo?

Comenzó noviembre y se cumple un año de que varias organizaciones se reunieron con referentes del G20 -que se realizó en Argentina- para pedirles que los gobierno incorporen temas clave en materia de salud pública en su agenda como lo es el VIH-Sida.

La cumbre del G20 bajo la presidencia de la Argentina fue considerado una oportunidad para que los líderes mundiales reafirmen su compromiso de poner fin a la epidemia del VIH/Sida y abordar los desafíos mundiales relacionados con la salud pública. Pero esto claramente no pasó.

El portal MDZ publicó la semana pasada, previo a las elecciones presidenciales del domingo, que ningún candidato había presentado una propuesta en la temática. Bajo la iniciativa #VotáPrevencióndeVIH, se buscó por medio de las redes sociales consultar a las fuerzas políticas sobre sus planes de gobierno en la cuestión del VIH/Sida.

“No hay nada innovador en ninguna fuerza política salvo en una solamente que propuso como política pública de prevención el suministro de preservativos vaginales y PREP así como la creación de un Banco de Medicamentos Nacional”, explicó Miguel Pedrola, director Científico para Latinoamérica y el Caribe en AIDS Healthcare Foundation (AHF).

Pedrola, en diálogo con MDZ contó que “seguimos con los mismo números que no son fáciles, lamentablemente ninguno de los poderes del Estado le da la importancia necesaria”.

El especialista aclaró que tiene que ver con que no se le da suficiente importancia al tema del VIH por varias cosas. En primer lugar, y se entiende,  que las circunstancias económica por la cual estamos atravesando los argentinos, las soluciones se concentran en las necesidades básicas.

Pero esto no quiere decir que se deje de lado la salud de la población, o sea considerada menos importante.

En la década de los ’80 el mundo conoció qué era el Sida por casos en Nueva York y California donde las personas presentaban tipos extraños de neumonía y cáncer. Unos años después, se registraron varios casos por el mundo y se generó un “miedo de epidemia” por la velocidad que se propagaba y la discriminación hacia aquellas personas que vivían con VIH. Ahora se conoce que el virus existió desde 1940, pero no se sabe exactamente como y cuando se desarrolló.

En los ’90 los gobiernos priorizaron la salud de la población y las campañas de prevención se instalaron en la sociedad. Allí conocimos qué era y cómo se usaban los preservativos como principal medida de prevención.

 

Pedrola señaló a MDZ que “lo que hoy está faltando no es solo en la difusión, si no del trabajo de las ONG de hacer un poco de ruido para que nuestros gobernantes entiendan cuál es la problemática real del Sida y ver qué solución se le da”.

Sin importancia
El director Científico para Latinoamérica y el Caribe en AIDS Healthcare Foundation (AHF) indicó que no se le da la importancia que debería a varios puntos:

1 Diagnóstico 
Ya que muchas veces no está disponible para las personas que lo necesitan y eso produce un difícil acceso.

 2 Prevención
No hay difusión importante de la Educación Sexual Integral (ESI) y no existe una campaña real del uso del preservativo como era antes y esto hace que la disponibilidad sea menor. “Son todas barrera para que las personas accedan a ellos. No tenemos en Argentina los preservativos vaginales porque no es un negocio”, argumentó Pedrola.

  3 Tratamiento
“Estamos cerca de llegar al fin de la epidemia del Sida en el año 2030, pero para eso debemos invertir en mejorar el acceso al diagnóstico del VIH, mejorar el acceso al tratamiento y asegurar la adherencia al tratamiento, fortificar la prevención para menos personas se sigan contagiando del VIH”.

En el último año se reportaron 6.500 nuevos casos, de los cuales el 35% se encuentran en una etapa avanzada de la infección. Además, la tasa de transmisión perinatal se mantiene en el 5%. En muchos casos las mujeres no fueron diagnosticadas a tiempo (preconcepción o durante el embarazo) o no recibieron asesoramiento adecuado en el momento del parto.

El último boletín sobre VIH-SIDA 2017 arrojó resultados alarmantes: por primera vez desde que comenzó la vigilancia de casos de VIH en 2001, la mediana de edad de las mujeres es mayor que la de los hombres. Además, el diagnóstico tardío de las personas que viven con VIH continúa siendo del 35%. Uno de cada 4 diagnósticos de mujeres se dio durante el embarazo.

Por último, si bien los problemas económicos y religiosos son las principales trabas para combatirlo en muchos países de América Latina y el Caribe, el camino es la difusión junto a políticas públicas que generen conciencia en la población ya que en Argentina viven 122.000 personas con VIH, de ellas el 30% desconoce su diagnóstico.

Artículo disponible en informatesalta.com.ar
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