Hablar de menstruación siempre fue un tema tabú: daba “asco”, vergüenza y era un momento que debía transitarse a escondidas, en silencio, como si fuera un delito. Además de esto, surgen también las primeras desigualdades sociales: en el mundo millones de mujeres y personas menstruantes no tienen acceso a elementos de higiene menstrual necesarios. 

La escasa información científica y relevante que existe sobre la menstruación se ve relegada a pequeños espacios de difusión. Esto hace que la mayor parte de la sociedad ignore el impacto real que tiene en la vida de las personas menstruantes. Es que muchos creen que hablar de menstruación es solo hablar de acceso a elementos de contención, como son las toallitas, tampones o la copita menstrual. Pero la gestión menstrual es mucho más que eso, incluye todo lo que necesita una mujer o persona menstruante: agua limpia, instalaciones sanitarias adecuadas, ropa interior y analgésicos. 

El costo de estos elementos necesarios para llevar una vida saludable, se convierte en elementos de lujo, para muchos inalcanzables. 

¿Cómo se puede hacer para que la menstruación no sea un factor más de desigualdad? 

La respuesta puede resultar obvia: se necesitan políticas públicas que garanticen a mujeres y personas menstruantes de bajos recursos, poder acceder a todos estos elementos básicos. 

Cabe destacar que en nuestro país, muchas instituciones trabajan para generar conciencia respecto a la importancia del acompañamiento en la gestión menstrual y han logrado importantes avances durante el año 2020. Se han presentado más de 16 proyectos de ley (de alcance nacional, provincial y local) que abogan por los derechos de las personas menstruantes

Actualmente, hay lugares que han comenzado a implementar la entrega gratuita de elementos de contención como el Municipio de Morón, el Municipio de San Rafael (Mendoza) y la ciudad de Santa Fe. Esto es un buen inicio y proyectos a imitar para que se pueda dar en todo el territorio nacional.

¿Gestión menstrual o pobreza menstrual?

La pobreza menstrual es esta imposibilidad de adquirir productos menstruales o tener acceso a ellos. Cada mes, millones de mujeres y personas menstruantes en nuestro país y en el mundo deben ausentarse de la escuela o el trabajo por no tener acceso a ellos. Durante la pandemia de COVID-19, esta situación se vio acrecentada ya que muchos se vieron obligados a abandonar su actividad laboral, disminuyendo sus ingresos.

La inequidad en la posibilidad de adquirir estos productos necesarios, devenidos en lujo, tiene consecuencias graves en la vida diaria de las mujeres y personas menstruantes. Se conoce que en diversas oportunidades, por el estado de vulnerabilidad en el que se encuentran, se exponen a situaciones riesgosas por intentar conseguir analgésicos o elementos de contención. 

Para que se entienda la magnitud de lo que estamos hablando:

  • Según UNICEF en Latinoamérica el 43% de las alumnas que se encuentran con su período menstrual prefieren no ir a la escuela esos días. 
  • Pueden perderse el 20% de cada año escolar, al no poder gestionar su ciclo menstrual.
  • El costo estimado de gestionar la menstruación con toallitas higiénicas y tampones durante el 2020 fue de entre 2.900 y 3.800, según un relevamiento de Economía Femini(s)ta (EF)
  • Según datos oficiales en Argentina la brecha entre los ingresos de hombres y mujeres llega al 35,6% en el caso de las asalariadas informales y son las mujeres quienes tienen mayor nivel de desempleo y precarización. 

28 de mayo, un día para romper el tabú

En el 2014, se estableció el 28 de mayo como el Día Internacional de la Higiene Menstrual, con el objetivo de garantizar el empoderamiento de las niñas, mujeres y personas menstruantes, asegurando su participación social, su autonomía y la posibilidad de vivir una vida autodeterminada. En el 2021 impulsaremos juntos la igualdad de derechos y oportunidades para que lleven una vida plena y saludable. 

Desde Aids Healthcare Foundation, nos sumamos a esta fecha para generar conciencia y que hablar de menstruación no siga siendo un tema tabú ni un factor de desigualdad. Es necesario visibilizar el tema y que cada mujer y persona menstruante tenga información, apoyo y recursos para gestionar la menstruación. La reducción tributaria o acceso gratuito a los implementos y servicios sanitarios esenciales para las personas menstruantes debe ser una prioridad política.

 

Natalia Haag 

Directora de Testeo y Prevención de VIH

AHF ARGENTINA

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